Platón fundó en las proximidades del santuario dedicado al héroe Academos, cerca de Atenas, un espacio para el debate filosófico, el estudio de las matemáticas y el cultivo de la dialéctica. De aquello hace muchos siglos. Pero lo que allí se hacía ha perdurado. Diálogo, discusiones, intercambio, preguntas y respuestas siguen protagonizando la vida en la universidad, la gran heredera de aquella institución de la Antigua Grecia: La Academia. Y es en la universidad donde nacen textos, artículos o libros que llevan apellido propio: académico. Leer artículo completo en Unelibros Otoño 2013, pág. 25