Este experto, doctor en Historia del Arte y profesor titular de esta asignatura en la Universidad Complutense de Madrid, prevé fusiones de museos y colecciones museográficas en el futuro.
- La entrevista, realizada por Prensa UNE, puede ser utilizada Ãntegra o en parte.
El museo ha desbordado en la sociedad contemporánea su función de espacio de conservación de bienes artÃsticos para afianzarse como agente vertebrador de la cultura viva e incluso como entidad que se presta a servir como materia prima de la propia creación artÃstica. El coleccionismo, por otro lado, aun siendo un atributo caracterÃsticamente asociado al museo, como administrador ideal de colecciones, se impone en las circunstancias de la cultura moderna y actual como dinámica privilegiada de interpretación de la realidad. Estos fenómenos tan singularmente caracterÃsticos de la civilización contemporánea son, en base a un amplio elenco de ejemplos, objeto de reflexión del conjunto de ensayos que recoge esta publicación.
P. ¿Cuándo y por qué evoluciona el concepto de museo?
R. El museo es una institución en permanente cambio, desde sus orÃgenes no ha hecho otra cosa que transformarse. Cambian sus museografÃas, sus estatutos, sus polÃticas, sus públicos, sus instalaciones, sus requerimientos,â?¦
P. ¿Qué debemos entender en la actualidad por un museo?
R. El ICOM (Consejo Internacional de Museos) lo define asà en la actualidad: "El museo es una institución permanente, sin fines de lucro, al servicio de la sociedad y de su desarrollo, abierta al público, que adquiere, conserva, estudia, expone y transmite el patrimonio material e inmaterial de la humanidad y de su medio ambiente con fines de educación y deleite".
P. ¿Hay un modelo de museo o son varios modelos?
R. No hay en la actualidad un museo, sino muchos, y cada vez más. El ritmo de crecimiento del número de museos es muy llamativo. Desde la década de 1970 hasta hoy a nivel internacional el número de museos puede haber experimentado un incremento entre cinco y seis veces superior al de los Ãndices demográficos mundiales. Aunque los modelos de museo sean tan variados como sus colecciones y tan cambiantes como las sociedades de consumo en las que se insertan, el museo es una fórmula cultural que responde a parámetros concretos. En ese sentido lato puede decirse que hay un modelo. Se trata del museo como autoridad a la que se confÃan los protocolos dominantes de la cultura contemporánea y en la que se delega lo que la sociedad entiende por cultura.
P. ¿Cuál es el modelo que impera en nuestro paÃs?
R. Cuando hablamos del museo como modelo lo que queremos enunciar no es otra cosa que el hecho de que los protocolos y las pautas de experiencia propios del museo crean una nueva forma y una nueva economÃa de la cultura, imperante aquÃ, como en otros paÃses, y que no cabe describir de forma más sintética que como cultura musealizada. Ã?sta determina muchos ámbitos de la vida común, y, desde luego, condiciona enormemente la vida artÃstica del presente.
P. ¿Puede evolucionar más este concepto?
R. El museo ha generado una economÃa propia y ha desarrollado fórmulas de conocimiento y de experiencia de lo artÃstico que son absolutamente suyas. La comunicación entre sus particularidades y la cultura viva mueve siempre a nuevos cambios, a nuevos desarrollos. Bien es verdad que, salvo en los casos en los que se dan polÃticas contrarias a la tendencia general, a veces muy brillantes, los museos de hoy se interesan menos por la interlocución con la sociedad como sujeto de la civilización que como sujeto del entretenimiento.
P. Ustedes abordan también la influencia de Internet en la actividad museÃstica ¿En qué consiste esa influencia? ¿Qué alteraciones está produciend