Michele Botto: "En nuestra época no es interesante conocerse a sí mismo. ¿Para qué profundizar si los demás piden solo superficie?"

Septiembre, 25, 2014

Autor del libro "Del ápeiron a la alegría, la subjetividad de Deleuze", publicado por la Universidad Autónoma de Madrid

Michele Botto: "En nuestra época no es interesante conocerse a sí mismo. ¿Para qué profundizar si los demás piden solo superficie?"

Presentación "Del ápeiron a la alegría" /Alejandro Fernández

 

Este libro investiga la cuestión del sujeto en el siglo XXI, a partir y más allá del pensamiento del autor francés. El objetivo es reconocer la profundidad diferencial y en devenir de nuestro ser, su ontología caótica y mundana, para perfilar la ética o la etología del nómada. Y en el horizonte, como espíritu de fondo del camino filosófico y vital, la alegría entendida a la manera de Spinoza, como el sentimiento de una mayor perfección adquirida.

 

P. Dice usted que el barrio madrileño de Lavapiés es uno de los lugares privilegiados para estudiar a Deleuze.

R. Lavapiés es una aldea que vive de la diferencia: entre Afganistán y Cuba, Bangladesh, Francia y Senegal, entre el director de cine, el peluquero árabe, el borracho de la plaza y el pijo del fin de semana. Es un molinillo que te catapulta siempre hacia el "otro", y así es como definiría yo la filosofía de Deleuze.

 

P. ¿La globalización ha cambiado el sentido de la identidad del hombre?

R. Es con el contacto con el otro que nace el problema de la identidad, así que la globalización impone una reacción frente a lo heterogéneo. Esto provoca una actitud centrífuga (el japonés que viste de Elvis, el español que practica yoga) y una centrípeta (los etno-nacionalismos y la recuperación de la cocina de la bisabuela). 

 

P. ¿Se puede hablar hoy de un sentido de la identidad del hombre global o debería diferenciarse entre el hombre de los países desarrollados y el tercer mundo?